Fidel es un país

Fidel es un país
____________Juan Gelman

viernes, 9 de octubre de 2015

Teresa Parodi: Mercedes, Sara, León, María Elena y Silvio


La semana pasada publiqué en la sección de La Jiribilla, la primera parte de una entrevista que hice a la cantautora Teresa Parodi hace casi dos años y que, por razones técnicas no había podido sacar antes. De ser religioso (y estos días del Papa Francisco –por demás argentino- dan ganas de serlo) diría que Dios sabe lo que hace, pues buscando detalles me caen las informaciones y una entrevista en las que me entero que mi entrevistada estaba en Cuba, participando en la reunión de Ministros de Cultura nuestroamericanos. Aquí va, con el añadido de saber que estuvo nuevamente entre nosotros, la continuidad de aquel encuentro con una de las voces más hondas de la canción de nuestros pueblos.      

FIDELITO: Teresa, me gustaría que me hablara de su encuentro con los trovadores cubanos, ya en persona…
TERESA: Yo hago un concierto en el Luna Park con Pablo y Sara y ahí me conecto con ellos, sobre todo con Sara; con la que tuve una linda amistad, era muy campechana, muy cariñosa. Después se volvió varias veces a la Argentina y yo la fui a ver todas las veces que ella tocó en Argentina.

Fue impresionante estucharla, yo a Sara no la conocía hasta aquel concierto, y me llamó mucho la atención su canción, era una mujer con una voz muy poderosa, muy clara. Contaba que una vez los compañeros la habían retado y ella había compuesto y musicalizado no sé cuántos poemas de Martí. Me encantó su forma y su energía positiva, la verdad que fue muy lindo conocer a Sara. Por eso le quise dedicar mi concierto en el Centro Pablo de la Torriente a ella. 
FIDELITO: Teresa, algo que ha marcado la música latinoamericana con su influencia es el rock nacional argentino: Charly García, Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, León Gieco que lo fusiona con el folklore…
TERESA PARODI: El rock nacional argentino; Charly García fue el primero, y León Gieco que se mete mucho en el folklore porque hace un trabajo que se llama “De Ushuaia a la Quiaca” con Gustavo Santaolalla, de productor y hacen con Leda Valladares, la grande, que hace una recopilación extraordinaria, de las coplas de todas las mujeres cantoras, las copleras, de todas las mujeres cantoras de toda la zona riquísma del noroeste argentino, es riquísimo, es una cosa llena de poesía, una maravilla. Y León viene desde el Sur, como recopilando, recogiendo toda las canciones más hondas del pueblo, de todo el país. León es un hombre del interior, es de un pueblo pequeño de Santa fe del país, León tiene en su formación en su cabeza, en su corazón las canciones del pueblo, del pueblo del interior; está marcado por su zona. Y entonces es un creador que sale a buscar las canciones, más allá del rock. Leda, que trabajó en ese proyecto con León, fue una gran recopiladora igualmente, recorrió todo el país, donde único no ahondó fue en el litoral, pero de todo lo demás llegó a ser una gran investigadora, hizo un gran trabajo antropológico, dejó un legado invaluable, ella era una creadora extraordinaria, era una mujer que venía del jazz, una mujer cultísima, yo tengo el disco de Leda cantando jazz, musicalizando poesía, es increíble, y después se dedica por entero a ahondar en el folklore, se mete ahí, ahondando, sacando de cada rincón del país su riqueza musical, para que todo eso se conozca, lo saca a la luz, es un patrimonio cultural tremendo; y todos nosotros somos herederos de ese trabajo, de ese canto colectivo.
Me voy de boca siempre que hace falta  
y digo en mis canciones lo que pienso,
 y sé que no han de verme de rodillas 
pidiendo por la paz del universo;
prefiero las batallas silenciosas
que siguen, por lo bajo, dando el pueblo.
El rock crece en la Argentina con la dictadura, y Charly desde ahí ya empieza a decir cosas que nadie podía decir; nos vimos como impulsados a decir, es que en la dictadura crecen un montón de cosas, pero las mantienen en las sombras; yo misma vengo a parecer realmente en la canción argentina en 1984 en que gano el Festival de Cosquín. El 10 de diciembre de 1983 volvimos a la democracia con el gobierno de Alfonsín; antes, en la dictadura, yo no habría ganado jamás Cosquín. Bueno, y ahora tampoco lo ganaría, pues hoy en día la canción paisajista es la que gana la pelea. Yo gano el festival con mis canciones hoy conocidas, especialmente “María Pilar”, en que cuento de un desaparecido, y gano con esa canción. 
Qué fue lo que ha sucedido, María Pilar,
qué fue lo que ha sucedido con tu Julián.
Los compañeros te ayudan a preguntar
a dónde se lo llevaron, dónde estará,
por qué jamás le pudiste hallar
si le buscaste sin descansar.
Contales de aquella tarde, María Pilar,
cuando al volver con tus hijos del almacén
pudiste ver que sacaban a tu Julián
del fondo de la casilla empujándolo
hacia un auto oscuro como el terror
con que se afligía tu corazón…
Es el año en que vuelve Mercedes Sosa del exilio, no es ninguna casualidad. Se cumplen 30 años de que mi canción nace libre y se nacionaliza en 1984, antes era clandestina. Mercedes me escucha precisamente la noche que gano Cosquín, ahí comienza nuestra amistad.
FIDELITO: Usted dice en una canción:
Aunque parezca muy repetido 
creo en la vida en todo sentido, 
amo el profundo y bello destino 
de la pureza que no murió. 
Creo en el ángel de la poesía 
y en las canciones comprometidas 
que defendemos de la osadía 
de los que atontan a la razón… 
¿Es el reto?
TERESA PARODI: (RIE) Es el reto. Reto constante, y cuesta. Es que ¿cómo le vas a decir a un chico joven que le va bárbaro cantando estupideces “Mirá, mejor no hagas eso” y a vos te cuesta enormemente hacer tu trabajo, te quedás mirándolo, no sabes qué decir. Las cosas son como son, Fidelito; con rapidez se va a otro lugar,  la batalla final es cultural, la profunda, la de base, y ahí tenemos con qué defender, la poesía va a ganar.  
FIDELITO: Hablaba del regreso de Mercedes Sosa, aquel concierto multitudinario al que además, invita a músicos diversos, Charly García, León Gieco…
TERESA PARODI: Yo no pude entrar, porque no tenía plata para pagar el concierto y me paré en la puerta del teatro. Fue colosal, Mercedes, fue histórica. Ella junta todos los santos. Mercedes es la gran voz de Latinoamérica; ella aúna, en el caudal maravilloso de su voz, todas las voces y todas las formas de la música de nuestros pueblos; por eso es el canto bandera. Mercedes tenía siempre la certeza de que había que juntarse, ella nace con ese movimiento, ella siempre tiene la idea de movimiento: te encontraba en el camino y te sumaba. Cuando me escucha a mí, cuando se graba mi primer concierto, ella graba conmigo Pedro caonero y me invita a cantar me lleva a su escenario. 
Acostúmbrate a mirar el cielo 
como si fuera tuyo, margarita 
que lo es hasta donde tus ojos llegan 
aunque no me lo creas, margarita, 
y ponete el vestido de flores lila 
con el que vas a misa y no te rindas. 
Después de eso me abroquelé, me bajé de todos los festivales, y durante cuatro años sostuve un espectáculo que se llamó “Como hechos, pasaron”; era un encuentro íntimo, que hacía sola con mi canción; era como un diálogo imaginario con un personaje de una de mis canciones “La margarita” y yo hablaba con ella del país, de lo que nos estaba pasando, y cantaba. Mercedes me fue a ver no sé cuántas veces; lloraba, hasta que un día me dice: “¡Basta! Tenés que volver a los circuitos, tenés que hacer más cosas, porque ese lugar que vos dejaste lo va a ocupar otro, y lo ocupa con la estupidez, y esto terminó, no lo vuelvas a hacer más; ya lloré todo lo que tenía que llorar.”   
Te estoy hablando de metida 
porque te juro, margarita,
que no te puedo ver vencida. 
Te presto el hombro por las dudas, 
total, a mí no me precisa 
ningún gurí, y en todo caso, 
yo necesito de tu alegría.
Le hice caso a Mercedes, volví a los festivales, empujada por ella, y lo hice con un disco “Señales de vida”. Retorné a los escenarios y fui invitada por Mercedes Sosa a diversos escenarios, en Argentina y otras partes del mundo. Hubo ocasiones en que no podía ir con ella por tener amarradas giras, pero siempre que podía me iba con ella, porque Mercedes es impresionante y cuando ella compartía, compartía de verdad; nunca le conocí –y creo que nadie le conoció- una actitud competitiva, se daba toda.  
En el medio de todo lo que nos pasa 
doy señales de vida, por si hace falta. 
¿Quién no espera señales de vez en cuando 
para darse coraje y seguir andando? 

Canto, doy señales de vida como naciendo, 
doy señales de vida mientras espero 
que me dé sus señales de vida el pueblo. 
FIDELITO: “Señales de vida”… ¿Eso lo compone durante la dictadura?
TERESA PARODI: No, no, durante la etapa de Menem, eso lo hago en pleno menemismo, que no es la dictadura, pero es el atontamiento de las cabezas y las personas, es la cultura de la estupidez. Es el momento en que abren las puertas y dejan entrar a mansalva la penetración cultural. Ahí es que me voy, y cuando vuelvo es que escribo esa canción. 
Canto, porque tengo esperanzas que se me escapan, 
pequeñitas y libres y enamoradas 
si me da sus señales de vida el pueblo
FIDELITO: Quiero preguntarle por otra persona muy importante en su vida Maria Elena Walsh.    
María Elena Walsh
TERESA PARODI: Maria Elena también nos marcó a todos; fue la canción de la resistencia como “Canción a la cigarra”, “Serenata para la tierra de humo”… la carta famosa que escribe al diario La Nación, en que con total lucidez hace denuncias que van   contra la dictadura. Walhs es luminosa, con una especial claridad tanto en sus canciones para adultos como para niños. Algunas emblemáticas como “Canción de cuna para dormir a gobernantes”  
Duerme tranquilamente que viene un sable 
a vigilar tu sueño de gobernante. 
América te acuna como una madre 
con un brazo de rabia y otro de sangre. 
Duerme con aspavientos, duerme y no mandes 
que ya te están velando los estudiantes. 
Duerme mientras arriba lloran las aves 
y el lucero trabaja para la cárcel. 
Hombres, niños, mujeres, es decir: nadie, 
parece que no quieren que tú descanses. 
Rozan con penas chicas tu sueño grande. 
Cuando no piden casas pretenden panes. 
Gritan junto a tu cuna. 
No te levantes aunque su grito diga: 
"Oíd, mortales". 
Duérmete oficialmente, sin preocuparte, 
que sólo algunas piedras son responsables. 
Que ya te están velando los estudiantes 
y los lirios del campo no tienen hambre. 
Y el lucero trabaja para la cárcel.
FIDELITO: En Cuba se le conoce especialmente por canciones para niños como “Manuelita”, o “El brujito de burujú que canta Liuba María Hevia, a algunas de esas canciones tuvieron dibujos animados. Por supuesto, que “Como la cigarra” es todo un himno y la han cantado muchos trovadores, entre ellos Santiago Feliú, aparte de versiones antológicas como las de León Gieco o Mercedes Sosa.  
Tantas veces me mataron, tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí, resucitando.
Gracias doy a la verdad y la mano con puñal
porque me mató tan mal y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra
igual que sobreviviente que vuelve de la guerra.
FIDELITO: Teresa, esta visita a Cuba con el Centro Pablo no es la primera a la Isla…
TERESA PARODI: La última vez que había venido fue cuando Argentina fue el país invitado a la Feria Internacional del libro de La Habana. Canté en La Cabaña y luego en dos escuelas. 
FIDELITO: En esta visita de ahora, parte del concierto en día de aguacero intenso en el Centro Pablo, que fue mágico; estuviste en lugar emblemático para la trova en los últimos 10 años, El Mejunje de Santa Clara, ¿cómo le fue?
TERESA PARODI: Espectacular, fue un momento muy lindo, de mucha emoción, de intensa comunicación. Y me sorprendí pues se sabían muchas de mis canciones, me las pedían; había también un grupo de estudiantes argentinos. Pude escuchar a varios trovadores, faltaban algunos que estaban en ese momento fuera, especialmente en Argentina, y otros en La Habana. Me encantó lo que escuché, me llevo canciones de ellos, a ver si alguna que otra la puedo incluir en mi repertorio. Me emocioné mucho escuchándolos, recuerdo especialmente un guajiro que hizo “El son para Eleodoro”… creo que se llama el muchacho Yordan Romero… también me gustó muchísimo otro chico más roquero… me gustaron todos; me parecieron de una sencillez y una ternura, de una convicción, y me impresionó sobremanera cómo todos se sabían las canciones de todos, uno cantaba y los otros cantaban con él, se sabían todas las letras y hacían voces; la forma colectiva en que trabajan, me quedé impactadísima; eso es hacer el camino juntos. Me voy con esa emoción, de haberlos escuchado de esa manera y con esa idea, ese concepto colectivo del canto, esa es la fuerza que no van a poder cortarnos nunca. Después fui a Trinidad, me recibieron con los brazos abiertos, el dúo Cofradía, Pachi y Lía, qué decir, una ternura, un humor, una alegría… bueno filmamos un videíto, pues yo me puse a cantar con ellos. La casa que tienen es una maravilla, Trinidad me volvió loca, es una ciudad detenida en el tiempo; me llené los ojos mirando, me llevo esas imágenes, como vivir en una película. Y los Pachi y Lía unos soles, tremendos; me hicieron reir, me hicieron llorar, me acompañaron, me quisieron, los quise, nos quisimos en colectivo…realmente maravilloso. Después fui a Matanzas, allí pude compartir menos, solo la noche en que canté en el concierto de Lien y Rey, les dieron un reconocimiento del Centro Pablo, el público también maravilloso allí, un silencio de iglesias.            
Me voy de boca siempre que hace falta 
y digo en mis canciones lo que pienso, 
y sé que no han de verme de rodillas 
pidiendo por la paz del universo, 
prefiero las batallas silenciosas 
que siguen, por lo bajo, dando el pueblo.
Sigues siendo hereje, Teresa Parodi, algo bien difícil cuando se tiene un reconocimiento popular, de los medios, de las instituciones, lo que suele llamársele fama, aunque no me gusta el término porque se emplea para otros conceptos asociados al mundo comercial de shows. Tienes todos los honores de la vida, y no te sientas sobre eso, sigues buscando en la mirada de la gente…
TERESA PARODI: El punto de contacto con la vida, con la realidad, uno no debe perderlo nunca. Yo necesito ese contacto con la gente, porque me retroalimento, me nutro de eso, si no mi canción no sirve. Hay que volver siempre a ese pueblo pequeño, a sentir el conecto directo. El otro día canté en una estación de trenes en Argentina, arriba de la vía, el pueblo alrededor. Ese momento para mí es pleno, me llena, porque aprendo. Es el pueblo quien me enseña. Es esa exhortación, desde su espacio. Yo parada ahí… la gente te habla; una me pide con insistencia “Pedro canoero”… y digo: pero yo ya canté “Pedro canoero” ¿a qué hora usted vino?  Y ella me responde que estaba trabajando, y se arma la conversación colectiva, unos como que ríen, otros que la defienden “síiii, es que ella trabaja hasta no sé qué hora” y  empiezan las opiniones, hasta que empiezan “cante, canté”, y bueno, todo eso pasa ahí, no pasa en los megaconciertos, pasa ahí, entre la gente, y eso no tiene precio. Los músicos que me acompañan, jóvenes, se maravillaban de aquello. Eso es lo que me pone la cabeza en contacto con la tierra, yo soy eso.
FIDELITO: Por último, estuviste en un concierto en los barrios con Silvio Rodríguez…        
TERESA PARODI: Fue en Buenavista y cayó un torrencial aguacer. Fue impresionante, y me mojé muchísimo, me bañé porque me tiró el cielo un baldazo, así de golpe. Me emocionó lo que hace Silvio, no avisa, no hay casi promoción, y llega y se sube a cantar, así como en casa, y les lleva amigos, a tanta gente. Él se enteró que yo estaba en Cuba y de inmediato me mandó a buscar. Y allí se subió, me presentó, les explicó quién era yo, y cantó conmigo, y cantaron todos, a viva voz y tomándose las manos. Iba por cuatro canciones y tuve que hacer otra más que la gente pidió. Luego vino el agua, me dolió porque le gente se iba a perder su arte, y sabemos quién se trata; y es hermoso verlo ahí; yo sé que hay unos cuántos muy importantes músicos acá, pero sin dudas Silvio es de esos más importantes en el arte de las canciones, y solo pudo cantar unas cuatro canciones. Y lo más hermoso, un creador tan importante, y que esté ahí, en un barrio de la Habana.    

Manifiesto

Autora: Teresa Parodi

Me seguirá gustando mientras viva 
El mate bien amargo, el crisantemo 
Muriéndose de amor entre las manos 
De los adolescentes de mi pueblo 
El canto de violeta y las calandrias 
Creer en la justicia con esmero 

Me seguirá gustando mientras viva 
Pintarle cartelitos con “te quieros” 
A aquellos que caminan a mi lado 
Los días del amor bajo este cielo 
Me seguirá gustando la poesía 
Y amar la libertad que no se ha muerto 

No le hago mal a nadie cuando pienso 
Que el pan que no se comen los abuelos 
Debemos reclamar con toda el alma 
Golpeando hasta en las puertas del infierno 
Que ya que se quedaron con la torta 
Al menos no se queden con el vuelto 

Me seguirá gustando mientras viva 
Cantarle mis amores a mis viejos 
Hablar de los jazmines florecidos 
Que perfumaron todo lo que quiero 
Hablar con mis amigos del futuro 
Llevarle las pancartas a mi pueblo 

Me seguirá gustando mientras viva 
Mirarme en los ojitos de mis nietos 
Pensar que no está muerto quien pelea 
Seguir soñando aún el mismo sueño 
Vestirme con las flores de septiembre 
Y el sol de los domingos en invierno 

Me voy de boca siempre que hace falta 
Y digo en mis canciones lo que pienso 
Y sé que no han de verme de rodillas 
Pidiendo por la paz del universo 
Prefiero las batallas silenciosas 
Que siguen, por lo bajo, dando el pueblo 

Tenía que decirles todo esto 

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