Fidel es un país

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____________Juan Gelman

martes, 24 de junio de 2014

Gardel, pateando de zurda con Argentina y Uruguay

1930: Carlos Gardel con la selección Argentina en la Barra de Santa Lucia, en Montevideo,
 96 horas antes del debut ante Francia en el primer Campeonato Mundial 
Lo recordaban ayer en “De zurda”, que hoy 24 de junio, es el aniversario 79 de la muerte de Gardel. Qué hermoso –no me canso de decirlo- tener un canal como Telesur que vaya andando por la cultura, por la vida, con nuestra memoria a cuestas, puntualizando en las fechas los hechos y los nombres que han soñado y forjado la América Nuestra y Nueva, enfrentando a los poderes mediáticos que tratan de extinguirla. Con qué orgullo hablaron ayer de Gardel, Maradona y Víctor Hugo, en ese programa de la hora de los zurdos. Así mismo, con emoción se refirieron a la carta que Fidel envió a Diego, y antes de decir el nombre del remitente ya hablaban de “el más grande”, con todo el goce que lleva el hecho, en tiempos en que tratan de hacernos creer que tener filiación política (revolucionaria, claro) es un arcaísmo.
Intentan inyectarnos el apoliticismo, que no es más que el apoyo al capitalismo feroz; si nos alegramos de que América esté ganando, de que nuestros pueblos estén desplazando a los de Europa, estamos “politizando” el asunto, como si todo el tiempo no estuviera bien politizado el “asunto” tras el velo de “despolitización”; y es que la supremacía de los del Norte, no puede admitir la unión de los del sur, la bandera común que nos hace fuertes. Pero bueno, ya este mundial nos está dando el gustazo, doble, de estar más unidos y de casi todos los equipos del continente clasificados: Chile mandó de regreso a casa bien temprano a España, México y Brasil sacaron a Croacia, Argentina a Bosnia, Colombia a Grecia, entre Uruguay y Costa Rica sacaron del mundial a Inglaterra e Italia… en fin avanza América a octavos de mundial. Incluyendo a Honduras y Costa Rica, aun con posibilidades en este momento en que escribo.
De manera que soy un gardeliano empedernido, pretendía escribir hoy de la importancia de Carlitos para la música de nuestros pueblos, incluyendo especialmente Argentina y Uruguay de los que fue hijo (plenamente por su manera de expresarse, por su identidad, si bien nació en Tolouse, Francia), y más allá hasta de la música, como ícono del ser latinoamericano. Quería escribir de su nacimiento, su música, el cine que hizo, su relación con el pequeño Astor Piazola, su ética, su muerte durante una gira por nuestros pueblos, (Cuba lo esperaba) en plena fama internacional. Pero sucede que, acopiando material encontré dos interesantes artículos sobre Carlos Gardel y el futbol. Y para más buena pues algunas fotos muy interesantes.  Se sabe que Gardel le cantó a varios equipos nuestros y también europeos, tuvo buenos amigos en el Barca; hay países, aun hoy, que lo tienen en su cábala ante importantes partidos. Carlos Gardel es todo una leyenda  musical y humana, es, no por gusto el Zorzal Criollo, o el Morocho del Abasto, maneras de llamarlo que lo hacen de pueblo, grande y sencillo. Charly García en “La noche del 10” un programa de TV, cantó junto a Joaquín  Sabina le dedicó a Diego Armando Maradona, una de sus canciones en las que habla también de Gardel. Creo que viene muy bien todo este ambiente de mundial, de integración y de zurda, sumarle a todo este material el texto de la canción de Charly. También intercalo la canción “Patadura” que cantó Gardel sobre el futbol, mencionada en los relatos, también está mencionada “Dandy” que el morocho les cantó a los equipos ante de partidos importantes en dos mundiales, pero de manera que no les dio mucha suerte, no pongo ese texto, con las otras dos canciones está bien, no es que sea supersticioso, pero, ¡Por si acaso! 

Gardel con el campeón mundial del 30, Uruguay

Una pequeña historia para compartir: Gardel y el futbol

Por Walter Ércoli en Diario Andino Digital

Como ya sabemos son muchas las historias y anécdotas que rodean a Gardel. Sin embargo hay muy poco sobre su relación con el fútbol. Si bien podemos imaginarlo de chico con sus amigos del barrio jugando en un potrero, de grande el fútbol tenía una gran complicación para él: se jugaba los domingos y ese era el día para el hipódromo…
Sin embrago en los juegos olímpicos de Ámsterdam del año 1928 Carlos Gardel había decidido acompañar a la selección Argentina. Una noche estaba con los jugadores en una  habitación del  hotel Moderne de París y les cantó varios temas y por primera vez interpretó el tango “Dandy”. En ese mundial, el equipo argentino llegó a la final pero perdió con la selección uruguaya 2 a 1.
En 1930 antes de la final del primer Mundial de Fútbol realizado en Uruguay, Gardel visitó a la selección en el hotel. Los jugadores le pidieron a Gardel que cantara  nuevamente el tango “Dandy”. En la final la selección nacional perdió nuevamente contra la selección uruguaya, esta vez por 4 a 2. Desde ese día no se escuchó nunca más “Dandy” en las concentraciones…
Pero no podía faltar la versión uruguaya, la cual dice que Gardel también visitó a esa selección y canto para ellos pero no incluyo “Dandy”…
Después de esas dos finales comenzó la rivalidad futbolística que llega hasta el día de hoy. Sin embargo Carlos Gardel organizó en Paris un recital para ambas selecciones intentando terminar con ese rencor, pero todo finalizo en una gran pelea. Se dice que el jugador argentino Raimundo Orsi se defendió del ataque del uruguayo Leandro Andrada pegándole con un violín Stradivarius de uno de los músicos de la orquesta.
Para terminar, les cuento que Gardel era hincha fanático de Racing, y admirador del jugador  Pedro Ochoa, a quien quiso inmortalizarlo con un tango titulado “Patadura”. El título obviamente no refería a él, pero si lo hacen algunos versos que dicen “Ser como Ochoíta / el crack de la afición…” y “Hacer como Ochoíta / de media cancha un gol”.
Por otra parte también era admirador del Barcelona y amigo personal de los jugadores  José Samitier y Ricardo Zamora a quienes había acompañado y alentado en una durísima final contra el real Madrid. Luego estando en París también fue a verlos  en un partido que disputaron contra los ingleses.

Patadura  

Música: José López Ares
Letra: Enrique Carrera Sotelo

Cantada por Carlos Gardel

Piantáte de la cancha, dejále el puesto a otro
de puro patadura estás siempre en orsay;
jamás cachás pelota, la vas de figurita
y no servís siquiera para patear un hands.
Querés jugar de forward y ser como Seoane
y hacer como Tarasca de media cancha gol.
Burlar a la defensa con pases y gambetas
y ser como Ochoíta el crack de la afición.

Chingás a la pelota,
chingás en el cariño,
el corazón de Monti
te falta, che, chambón.
Pateando a la ventura
no se consiguen goles.
Con juego y picardías
se altera el marcador.

Piantáte de la cancha que hacés mala figura
con fouls y brusquedades te pueden lastimar
te falta tecnicismo, colgá los piparulos
de linesman hay puesto, si es que querés jugar...
El juego no es pa' otarios, tenélo por consejo
hay que saber cortarse y ser buen shoteador...
En el arco que cuida la dama de tus sueños
mi shot de enamorado acaba de hacer gol.

Sacáte los infundios,
vos no tenés más chance.
Ya ni tocás pelota,
la vas de puro aubol,
te pasa así en el campo
de amor, donde jugamos:
mientras corrés la liebre
te gano un corazón.


Gardel con lo sjugadores_SamitieryPlatko

A Gardel le gusta el fútbol

El encuentro entre Carlos Gardel y la delegación que viaja en el tiempo
Por Washington Cucurto 

MONTEVIDEO -- El conventillo volador pegó un giro en el aire y quedó de cara a la ciudad de Montevideo. Una tormenta levantó olas en el Río de la Plata y una de estas olas impactó sobre el edificio que, en segundos, quedó dando vueltas sobre la calle Tristán Narvaja, en plena ciudad Vieja de Montevideo.
Miramos los almanaques Firestone con minas desnudas en la pared de las piezas y ¡qué vemos! ¡Rayos y centellas; peronistas y radicales!: estamos en el 13 de julio de 1930.
La ciudad está de banderas y colores, murgas gigantescas pasean por las calles principales y todo se prepara para una gran fiesta. El yotibenco volador comienza a elevarse por la fuerza de los vientos, pero yo me deslizo con una soga hasta tocar tierra uruguaya. Detrás de mí vienen mis amigos Humbertito Anachuri, Faustino Sotolongo y el inevitable Azulino Sepúlveda.
-¿Qué pasa que toda la gente corre para un mismo lado? -le preguntamos a un parroquiano de una pulpería uruguaya con grandes mates en exhibición.
-¡Esta noche comienza la Copa del Mundo de Fútbol!
-¿Qué? ¡¿En qué año estamos jefe?!
-En 1930...
-¡Tenía razón el almanaque del yotibenco, Cucu! -me dice Humberto agarrándome la remera.
Y Sotolongo agregó:
-Retrocedimos en el tiempo. El conventillo funcionó como una máquina que vuelve atrás las horas y los días y los años. ¡Y hasta los siglos!
Azulino Sepúlveda dijo:
-Pero... ¿alguien sabe algo de historia? Si venimos del futuro como creo, supuestamente deberíamos saber quién jugó la final por lo menos.
El más leído de mis amigos, soy yo. Autodidacta furioso y empedernido, traté de acordarme de aquellos años y mandé información:
-Está por comenzar la crisis del 30. En Europa acaba de terminar la Primera Guerra Mundial. Diego Maradona todavía no nació.
Me interrumpió Faustino Sotolongo quien había tenido una novia uruguaya:
-...Y creo que Uruguay cumple su Centenario de la Independencia y por eso se organizará este Mundial...
Caminamos por una Montevideo muy parecida a la que conocemos actualmente. En la rampa del río la gente se bañaba y esperaba el comienzo del Mundial.
De pronto, entre las sombras, escuchamos los acordes de una guitarra, nos dimos vuelta y vimos a un tipo morocho, peinado a la gomina.
-Cucu -me dijo Anachuri-. Mirá la sonrisa tan esplendente de ese tipo...
-Sí, qué pinta. Y tiene cara de conocido... -agregó Azulino Sepúlveda.
El tipo se nos acercó y pidió que lo acompañáramos. Iba a cantarle unas canciones a los tres equipos europeos en unos conventillos de la zona portuaria.
-Muchachos, ustedes son argentinos. Yo también. Vengan que voy a cantarle unos tangos a unos europeos en agradecimiento por haber venido a participar de esta Copa. Ustedes saben, nadie de Europa quería venir. Son franceses, rumanos, yugoslavos.
Yo lo miraba al tipo y de algún lado lo conocía, su cara me era muy familiar, pero no me podía acordar de dónde carajo lo tenía.
Nos dijo:
-Mi sueño fue ser jugador de fútbol y como no pude me dediqué a cantar tangos... Como argentino y como amante del fútbol, quiero que Argentina gane este Mundial...
Yo sabía perfectamente que Argentina jugaría la final, pero terminaría perdiendo por 4-2 o algo así. El campeón sería Uruguay y la final se jugaría en el Estadio Centenario, construido especialmente para este Mundial, llamado el Mundial de la Independencia de los pueblos del Plata. Por supuesto, no pensaba decirle nada al músico.
El guitarrista nos contó:
-Debemos enfrentar a Chile, Francia y México. Y ya que estamos les voy a cantar un tanguito, si me permiten.
Entonces sí, lo saqué, le pegué un codazo a Anachuri y le dije:
-¡Es Carlos Gardel!
-¿Carlos Gardel?
-Sí, huevón, Carlos Gardel está con nosotros esta noche.
-Carlos Gardel soy yo, muchachos -nos dijo el guitarrista y comenzó con Madreselva. El tipo era un zorzal, cantaba mejor que Dios.
Cantaba mientras caminaba; creaba mientras cantaba. Soñábamos y llorábamos y nos envolvía una aureola maravillosa mientras este tipo cantaba. Con nuestros jeans mojados, íbamos directo a las piezas de los futbolistas a cantarles tango que no entendían un pomo. Esa noche le hicimos los coros. Y nos perdimos.
Antes de irme tuve unas ganas locas de quebrar la historia, de decirle que no se tome el avión a Medellín. Llorando me le acerqué para darle un abrazo y despedirme. Gardel usaba una colonia que se me quedó impregnada en las fosas nasales para siempre.
Me recibió con los brazos abiertos.
-¿Por qué llorás, muchacho? De alegría, ¿no? Vos también estás seguro que algún día vamos a ser los campeones del Mundo, ¿no?
-Sin dudas, señor Carlos.
-Chau muchacho, mucha suerte y cuando puedas tarareate un tango.
-Chau, verdadero campeón -le dije y nos fuimos.
No me voy a olvidar nunca de su deslumbrante sonrisa y de su garganta fuerte de zorzal.
                                                         

Tango  

Autor: Charly García

Gardel saca de banda en casa

Loco lindo que te comes las veredas
Con tres pasos disparados al compás,
Y tu figura de largura interminable
Y un bigote de malicia
Trabajado a sangre y sal.

Bucanero de los mares del Congreso
Acoplame el corazón con tu canción
Comunícalo con alas de guitarra
Y un pianito de juguete
Que tocás tan solo vos

Vos sos Dios, vos sos Gardel
Vos sos lo más.
Vos sos Dios, vos sos Gardel
Vos sos lo más.
Vos hablando y yo tratando de escucharte…
And you know my darling
This is no funny my love.

Calavera rompe y raja y todos miran
Vos tomás un trago largo y te olvidás
De los consejos que te dan
Todas tus minas
Y las cosas de tu barrio
Lo olvidás en cualquier bar.

Y en tu altura de guardián
de los destierros
Que los genios te lo pueden acoplar,

Vos sos Dios, vos sos Gardel
Vos sos lo más.
Vos sos Dios, vos sos lo más.

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