Fidel es un país

Fidel es un país
____________Juan Gelman

jueves, 13 de febrero de 2014

Santiago Feliú en nosotros

Nunca reboto, o publico, los mensajes que llegan a mi correo —por elemental ética—, sin consultar a los remitentes antes. En esta ocasión, por la causa, y por conocer a todos los que me han escrito, me tomo la licencia. Aquí van esos mensajes de dolor que me han enviado, o a algún amigo común, o publicado, como los casos de Fito Páez, Golgota, Silvio Rodríguez y Paquita Armas.  

LILIANA HERRERO (Cantora de Argentina)
Amigo he leído tu texto. No puedo soportar tanto dolor. Imagino cómo estarán ustedes. Por favor, un enorme abrazo para Vicente. Un enorme abrazo para vos y todos los que sabemos quien era Santiago Feliú.
Liliana
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ADRIAN (estudiante universitario cubano)
Tú mas que yo debes saber que Santiago era más que un músico, incluso escapaba al significado de genio; cuando me enteré de su muerte, no pude más que hacerle lo que te mando en el adjunto, desde mi posición de no saber absolutamente nada de poesía y mucho menos de poesía conversacional, —nada más que haber leído a Nogueras (aunque en realidad esos sería mucho decir). Un abrazo.  ¨un amor que ya no está, una caída más...¨. Hasta siempre Santi.

Los colegiales hacen la música de la mañana,
La risa del cuarto solo conmigo y el libro,
La guitarra declinada intacta en la cama,
Pareciese no haber muerte, ni en los árboles,
Ni en los ríos, ni el corazón que palpita rápido.
En el lento corazón  era donde yacía la muerte,
La vi solo  cuando hace unos minutos
Luis (un amigo) me llamó y me dijo: ”te enteraste que Santiago Feliú se murió”.
Precisamente ayer había leído un relato de un supuesto encuentro, entre Marilyn Monroe y él llamado “Norma” que me había mandado Fidel Díaz por correo.
Ya los colegiales no hace la música de la mañana,
Debe ser cosa mía que no escuche su ruido
No puede haber tanta casualidad,
No hay tal risa en el cuarto, ni en el libro,
Debió ser cosa mía la risa,
No tengo deseos de tocar la guitarra,
Debe ser por mi siniestra manía,
De ser zurdo y tocarla a la derecha,
No tengo ganas de seguir escribiendo,
Debe ser cosa de mi nervio infinito,
Que me apaga las manos en el rostro,
De mi recuerdo eterno del Santi.
12 de febrero del 2014, 11:22 am     
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ARIEL BORDA (Cantautor argentino)
Gracias Fidelito, por hacerme llegar tu sensibilidad desnuda. He llorado hoy largas horas por la noticia. Abrazo grande desde Córdoba.
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GOLGOTA
Hoy me desperté con la noticia de la muerte de Santiaguito Feliú, ¡es mentira, el quijote de la trova cubana, de los sueños locos, de la pasión, no podría morir! Como va a morir el dueño de lo verdaderamente bueno y lo verdaderamente humano. La música es el verdadero sentimiento del hombre y Santi era la música a la surda, la letra del corazón del hippie, del bohemio desquiciado y romántico, del hombre de verdad cuando de sentimientos se trata.
Aún están en mi mente las canciones cantadas por miles en la escalinata, en el anfiteatro del Almendares. Aún están en mi mente los nombres de los amigos que queríamos tocar la guitarra como él, para conseguir el amor de alguna muchacha.
Ahí está el enamorado, pidiéndole a la esperanza para todos. Y todos, que somos nosotros, nos hemos quedado solos, porque te fuiste de pronto tras los sueños de un dios ebrio, tras la magia de alguna estrella que se te pareció a alguna mujer, tal vez a Bárbara o a Gunila.
Hoy las Batallas sobre mí son Palomas por la vida, la tuya, la que no habrá de terminar, porque no puedes, porque no lo queremos nosotros, que desde hoy al amanecer seremos Santiago Feliú para siempre.
                                                                                                      Gólgota. 12 de febrero de 2014.
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LILIANA HECTOR (trovadora cubana)
Ay Fide, que hermoso, que triste, que duro. Esta mañana me levanté, no se por que pero curiosamente llevo más de una semana escuchando a Santi. Le he mandado el link de varias de sus actuaciones en vivo que están en Internet a varios amigos norteamericanos que no lo conocían y que ahora lo aman, eso fue las dos semanas que pasaron y hoy he tenido que decirles que murió ... Como te decía me levanté y fui al trabajo y cuando organice las primeras cosas me dispuse a revisar el correo y me entra el de Heidi diciendo que se murió Santiago, grité... No se por que grité me salió un grito desgarrado: Ay Dios Mío (supongo que sabrás que no creo en Dios) y empecé a llorar ... La jefa vino corriendo y me preguntó si se me había muerto un familiar....
Es como si fuera... No puedo, no puedo no puedo creerlo, Fide!!!!!
Discúlpame que te diga todo esto.
Te mando un abrazo muy fuerte.
Lilli
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CARY DIEZ
Ay Fide, cómo me duelen tus versos, como me hacen llorar, pero como me hacen
creer que siempre podremos tenerlo...
C.
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TERE CRESPI  (trovadicta argentina-cubana)
Con un día de atraso. Lo único que se me ocurrio fue publicar una foto del Santi, tu y yo en Santa Clara en el 2010, siempre se que tengo que estar en la Habana, pero ayer me hubiera gustado poder compartir esta inmensa tristeza de la mano de todos uds, más que nunca. Me cruce con el Santi un dia antes de viajar por Línea y aun conservo ese ultimo momento. Para mí el mejor trovador, su música nos acompañará siempre, pero será una ausencia dificil de remar.
Te mando un abrazo apretao y lo compartes por favor con todos los amigos alla
Aún o aún más en la distancia, la tristeza es enorme
te quiero
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ANA DIAZ
Fide, triste noticia la partida de Santiago Feliú, nos ha sorprendido a todos, en todos los medios se habla solo de eso, han puesto fotos muy lindas, etc, lo siento tantoo, escribiéndote es como si estuviera dándole el pésame a sus familiares y por supuesto a ti, entre sus amigos.
Un abrazo.
Ana
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ODALIS FERRER
Desde ayer estoy confundida y lo primero que hice hoy cuando amaneció (nunca dormí)  fue leer de nuevo "Camino de Santiago" que a primera lectura hizo estremecerme, ahora que ya se que la noticia es cierta, dejo que la vida siga prestándonos la esperanza y así pueda el grito quedarse en la mano zurda que rasgue una guitarra.
No importa la distancia, yo estoy ahí con todos ustedes fide.
Las palmas para Santiago.
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REINALDO CEDEÑO (Periodista y escritor cubano)
Amigo mío
Conmocionado por lo de Santiago. Y por lo que escribiste. Recibi tus saludos a través de Enriquito Perez Fumero y los de toda la hermosa tropa del Caimán, Racso, Grillo...

Un abrazo santiaguero
Reinaldo Cedeño
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Otro vecino que voló a una dimensión desconocida

12 febrero 2014 3 Comentarios
Por: Paquita Armas Fonseca
Temprano en la mañana de este miércoles 12 de febrero, mi amigo Joaquín Borges Triana me llamó: “Paca ¿es verdad que Santiaguito se murió?…Yo supongo que sea Santiago ¿Qué sabes tú?”. No le pude responder coherentemente, acababa de salir del sueño. Dije que averiguaría y en minutos lo llamé para decirle: “Sí, murió por la madrugada”. El Juaco me dice que era hipertenso y que un tiempo atrás ya había tenido un fututazo en “la bomba”.
Santiaguito no era mi amigo cercano en este enorme barrio vertical en el que tengo la suerte de ver o acompañar a Fernando Pérez a comprar viandas, o pedirle botella a Nancy Morejón, o entablar un dialogo con Francisco López Sacha… Por esos artistas que viven en Infanta y Manglar, la chispa popular calificó a principios del 2000 al edificio como “Fama y aplausos”, por un programa televisivo que entonces estaba en boga.
El menor de los Feliú se mudó tiempo después de inaugurado el inmueble. Orgulloso para algunos, tímido para la mayoría que lo conocíamos un poco mejor, saludaba con un corto “¿Qué hay?”. Su proverbial gaguera se manifestaba cuando el diálogo era más largo. Pero lo que más me llamaba la atención de Santiaguito era su inclinación a jugar con los niños. Su rostro se transformaba, aunque quienes bajamos a menudo a jugar en el parqueo cuando avizorábamos su carro, agarrábamos a los “chamas” y me decía a mí misma: ¡candela! Dueño del timón doblaba por la esquina como si fuera por una carretera de cuatro vías, y sin embargo, ¡nunca le dio un golpe a un perro, mucho menos a una persona!
Ahora andaba feliz. Su muchacha exhibía el embarazo. Santiaguito no verá al bebé, pero disfrutó de su otro hijo que quiso venir a vivir con él.
Ese es (era) mi vecino, el mismo que compuso canciones como “Para Bárbara”, “Vida” y “Ay, la vida”, entre otras melodías que lo hicieron ser parte del movimiento de la trova, aunque en un momento junto a Carlos Varela, Gerardo Alfonso y Frank Delgado constituyó la punta de una vanguardia en la entonces novísima trova.
Compartió escenario junto a Frank Delgado, Luis Eduardo Aute, Luis Pastor, León Gieco, Silvio Rodríguez, y su hermano Vicente, entre otros cantautores. Lo hizo también con Noel Nicola, otro vecino que voló a una dimensión desconocida desde este barrio vertical, como Teresita Fernández, Humberto Arenal, Raúl Eguren, Lázaro Ross, Cholito, Moraima Osa, Francisco de Oraá y quizá algún otro artista que no recuerdo en este instante.
Me pongo en el lugar de Vicente y Santiago: hermanos mayores, hasta cierto punto protectores, del muchachito gago que quiso cantar y lo logró al imponer sus letras y esa forma única de dar a conocer sus piezas.
El bebé que está por nacer conocerá a su padre a través de lo que le cuenten los que compartimos un pedacito de su vida. Realmente en la lógica de la existencia, con sus 52 años y la esperanza de vida en Cuba, no le tocaba morir, pero cuando el corazón dice que no camina más, todo acaba. Lo único que me consuela es que mi vecino murió de la forma que creo merecen las personas buenas: sin sufrir. Además, acaso no estará vivo Santiaguito cuando se escuche: “La vida es otra cosa,/ si con las mismas ganas/ te la sucedes/ sin esperar más nada./La vida es diferente,/ si la paciencia gana/ cuando la soledad/ colma a la soledad.”   (Tomado de La Jiribilla)
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SILVINA DI CAUDO (fotoreportera argentina)
Noticia de mierda, inesperada y triste. No puedo dejar de llorar y de pensar en él.
Que triste estoy y estamos todos por aquí. Beso. SIL
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MANELO
Siempre te leo; hoy me sentí necesitado de abrazarte además. Manelo
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RACSO MOREJON (Poeta y periodista de El Caimán Barbudo)
No tengo palabras.  También escribí un desgarramiento que no se me termina, ayer en la
tarde noche, cuando todo parecía que se acababa, un nudo se me impuso y de la mano, de la cabeza, de la vida, !Ay la vida! se me salieron un torrente de versos, pero -como siempre hago- los dejaré madurar al amparo de este manotazo incomprendido, inaudito, sordo...mi abrazo, Fide,
Racso.
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FITO PAEZ (Cantautor argentino)
Santiago Feliú fue uno de mis más divertidos compañeros en la noche habanera durante casi 30 años. Fueron noches de música, alegría, excesos y amistad. Recuerdo su carromato blanco que parecía una caja de pandora donde convivían sillas rotas, tarros de pintura, guitarras, cables eléctricos, equipos de música, alfombras, etc, y el auto de Chitty Chitty Bang Bang de Dick van Dycke, por donde nos sacaba a Juanpin, a Alejandro Avalis y a mí por los piringundines y antros habaneros en busca de nuevas aventuras.
Nos peleábamos y entreverábamos mucho entre la revolución cubana, los efectos del ron, la indecencia capitalista a la que yo oponía la nuestra propia y sus delirantes posiciones de acordes en esa endiablada guitarra zurda de la que él hizo florecer varias de las mejores canciones de la música popular americana de los últimos años. Y su constante tartamudeo. Yo le decía: “Habla bien cabrón, no tengo mucho mas tiempo”- mientras señalaba con mi dedo índice hacia mi muñeca a un reloj invisible en señal de apuro e incomodidad. Y él entre el ataque de risa propio, el de la concurrencia y su adorable gaguez tardaba en responder. Y cuando lo hacía lo hacía con esa ternura que despiertan los niños.
Amaba y amo mucho a Santi por su testarudez ideológica, aunque muchas veces no acordara con él y tuviéramos diferencias irreconciliables tanto en aspectos políticos como musicales a veces, o sobre la piel de alguna mujer o la importancia del agua en la navegación. Nada que no pudiera desarmar una buena Hatuey de 12 grados helada recién salida de algún refrigerador cubano. Amo a Santi por su lirismo inconmensurable. Por su autenticidad y su quijotismo contra viento y marea de todas las formas impuestas por los cánones de la música popular del mundo.
Él escribió sus gemas al borde del mundo. En un castillo de cristal. Estaba y no estaba con nosotros. Cuando lo veías y escuchabas con sus grupos en La Habana durante tantos años, en tantísimos escenarios, si lo mirabas atentamente podías ver a un hombre niño poseído, en trance bajo algún efecto narcótico de sus visiones del mundo. De un mundo que podía a veces no estar frente a él. Pero es que de eso se trata todo. A veces no estamos allí o sobre eso sobre lo que cantamos no está allí. Eso vive en otras dimensiones.
Y eso que vive en otras dimensiones se percibe en soledad, bajo las estrellas o dentro de un opiadero en Marrakesh, o después de un polvazo con una mulata desconocida en Bogotá, o dentro de los ojos de tus hijos, o en una soledad acompañada de muchísma gente en una discoteca. Eso que él percibió y expresó del mundo fue y será absolutamente genuino y original. Grave y agudo. Hizo su vida y sus canciones sin pedirle permiso a nadie. Como debe ser.
Absolutamente incorrecto, como los grandes artistas. Y tenía ese exquisito sentido del humor para desacralizar todo lo fatuo. Era un hombre del rock and roll, sin haberlo escuchado mucho. Sin miedos ni normalidades absurdas. Él era un anormal en todo el sentido enorme de la palabra. Sus músicas y sus palabras representaban “la diferencia”. Él era lo diferente.
Santi era de esos que asustaba a los progresistas correctos, defensores de las diferencias. Miserables, decíamos. Sé que a Santi le hubiera gustado mucho este último párrafo. Puedo decir que conocí a un hombre noble y sin ninguna duda, de haber ido a la guerra, lo hubiera querido tener a mi lado porque sé que hubiera cuidado mis espaldas como yo las de él. Santi, te vamos a extrañar porque fuiste uno de los mejores. Fuiste uno de mis grandes e incondicionales amigos y habernos conocido se lo debemos a Pablo Milanés, en el festival de Varadero 87.
Me cuentan que ya te cremaron.
Edgar Allan Poe narra en uno de sus cuentos que no se muere hasta terminar de morirse la última célula o sea que sentiste al fin las llamas del fuego sobre ti!…
¿Habrán sido tan sagradas y hermosas como las de tu corazón?
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PAULA FERRE (Cantautora argentina)
Maravilloso, Fidel, Gracias
Paula Ferré.
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MARTA ROSIN (Maestra y luchadora argentina)
Fide, hermano. Hoy comparto el llanto contigo y todos los hermanos. Aún no leí tu escrito. Acabo de llamarte a la casa, pero me da ocupado.
Lo fui a ver al Santi en La Habana. Y no puedo borrar su mirada, su mirada. Algo cansada, algo quería decir, No sé...
Un abrazo aunque sea para aliviar un instante tanto dolor.
Me siento allí. Con ustedes. Estoy presente
Marta
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JUAN FRANCISCO LASTRA (Cantautor chileno)
(Para Heidi) Amiga
, recibe mi abrazo triste y consuelo desde Chile. Hasta las canciones nos duelen... Te abrazo desde estas palabra y abrazo al pueblo trovador de Cuba, mis tan queridas y queridos hermanos. Se les quiere, admira y acompaña en este tan doloroso momento. Ay, la vida...
Fuerza y newen de la mapu para Santy, familiares y pueblo de Cuba.
Juan Francisco Lastra
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LUIS JESÚS DELGADO
Fide:
He llorado como hace mucho no lo hacía. Tengo un dolor en el alma que no lo aplaca nada. Siento un vacío profundo... hondo.
Estuve, gracias a Dios, en el concierto que dieron Santi y Frank en la Raquel Revuelta por el aniversario de la Trova. Te juro que canté junto a ellos todos, pero absolutamente todos los temas que interpretaron, reí con las cosas que hablaron, con los regaños de Frank, las locuras de Santi, fue un concierto para mi inolvidable.
Recuerdo que a la salida del recital la esposa de Inti Santana me señaló, muy discretamente por cierto, como diciendo que había alguien que estaba cantando esas canciones inmortales de todos los monstruos de la trova, y que algunas no son muy conocidas por el público en general, y créeme que me sentí orgulloso. ¡Sentí orgullo de ser cubano y trovadicto!
Yo llevo la trova en mi sangre, cubano. Siempre que puedo voy a cualquier concierto, bueno nos hemos visto (el último el de Vicente en el Nacional), y estoy al tanto de todos tus apuntes en este blog.
Tengo todos los discos de Santi y hay una canción que se llama "Certeza" que una vez le pedí cantara en un concierto en el Pabellón Cuba y me dijo que no porque la gente se iba a dormir. Esa canción, para mi, resume buen parte de su filosofía de vida.
¡Hermano, yo daría gran parte de mis días porque Santiago siguiera con nosotros!.
No sé tocar la guitarra, no sé hacer canciones ni poemas como ustedes, pero quisiera soltar al viento esta desgarradura del tiempo que estoy sintiendo.
Solo te pido que transmitas a todas las personas que aman la trova que existen muchos cubanos que sienten la pérdida, bueno no es pérdida como tu bien dices, que sienten el descubrir a este gran trovador.
Seré cuanto pide el viento,
mi verdad será por todos,
no vendré descamisado,
será todo un buen regreso.

Vendré de la misma forma,
con un poco mas de viejo
lleno de pasado, y tanto de recuerdo
tendré para mi canto.
Y seguro que si Santi, carajo, será un gran regreso compadre, te volveremos a ver todos con tu gaguería, tus locuras, tus manías, socio... hasta entonces, cubano... hasta entonces!!
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Nota publicada por Silvio Rodríguez, en su blog Segunda Cita.

Santy

«Suena el teléfono a las cuatro de la mañana y pienso que ojalá sea un equivocado. Desde una conciencia adormecida el instinto de conservación lanza ese pensamiento. Si esa llamada no es error ¿qué buena noticia te pueden dar a las cuatro de la mañana? El instinto no traiciona, no miente, viene de un lugar ignoto pero corta como navaja, porque cuando escucho Aurora y después cuándo fue, ya la cabeza está en Vicente, que está en Guatemala, en algún accidente de avión o carretera, en un atentado loco.
Pero no es avión ni carretera ni atentado ni Vicente. Es Santiago, el más joven, a quien hace una hora se lo llevó un infarto.
Ayer mismo borré la carpeta donde le puse una selección de fotos de su boda. ¿Por qué llevaba días pensando en él?
Muchas malas palabras se me ocurren. Muchas. Son tantas, que se atropellan.»

1 comentario:

  1. Santiago estuvo en Colima el 27 de noviembre --en la Universidad de Colima-- cantándole a estudiantes y a nosotros que estamos aquí en este Estado del Pacífico mexicano trabajando por un mundo mejor y y tratando de ser un poco mejores todos los días. Santiago trajo su palabra, su música y su genialiadad e hizo con todo eso un concierto maravilloso a las doce del día. Me dijo que no recordaba haber cantado alguna vez por la mañana... yo le dije que era un ensayo general de un concierto en el Teatro Universitario y quiso conocerlo, ver el piano, la sala, el lobby, le encantó ese lugar que no lo tendrá nunca más en concierto pero seguramente será cantado en esa sala muchas veces.
    Estoy tratando de sentir alivio desde hace dias entre el montón de información que se mueve en internet y las imágenes de los conciertos donde iba a verle en La Habana (en CASA, en el Café, en la Covarrubias). El alivio se demora y me duelen las cosas que me alegraron en noviembre, por ejemplo que me dijera que estaba esperando un bebé, que me cantara Para Bárbara cuando se fue el publico y quedamos los amigos porque el sentía que "ya la había cantado demasiado".
    La radio de mi Universidad le dedicó un espacio grandote el día 12 de febrero y cuando me llamaron para hablar del concierto en Colima, pude decir entre lágrimas que Santiago era un tipazo, que cada cosa que decía era inteligente, que era profundo y agudo. Hoy he leído las cosas que ha escrito gente de todo el mundo y especialmente sus canciones y me da la impresión que Santi vivió unos cien años y seguirá viviendo desde la timidez más absoluta detenido para siempre en nuestras almas.

    Gilda, cubana en Colima.

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